Durante el proceso de compra, los consumidores se enfrentan a numerosos impactos publicitarios. La elección de sus productos de confianza es la recompensa a multitud de estímulos que hacen posible la familiarización con estos. Ahora bien, ¿qué ocurre cuando las empresas deciden dar a conocer sus productos?. Los productos nuevos que entran en el mercado necesitan ser aceptados y probados por los clientes.
Muchas personas los eligen esperando que cumpla las expectativas con la que la marca lo vende. Desde ese momento las empresas tienen un período de tiempo corto en el que los usuarios deciden si van a comprarlo otra vez o no. Una vez que el consumidor se decide por un producto la marca busca de manera implícita la opinión de los clientes. Puede ser que les guste el producto y que lo quieran, pero igual de una manera distinta, que deseen una versión mejorada de él, aspectos que pueden mejorarse…
Aunque el producto se llegue a colocar en la cesta tenemos que saber que puede no ser suficiente para que sea un check en su lista de compra. Por ejemplo: un problema desafortunadamente común, es cuando el consumidor ya no le sirve no consigue recordar de qué marca era. Muchas veces nos encontramos con opiniones de: “si lo veo sí se cuál es”. Y lamentamos decir que, entonces no sabes cuál es. Este es un problema que desafía a las marcas, puede ser que como el usuario no recuerde la marca, lo más probable es que cubra la necesidad que tiene con otro producto, porque no piensen ni en buscarlo. Dejando en jaque a las empresas perdiendo posibilidades de atraer a clientes potenciales.
Para solucionar este entramado entre consumidores, marcas y productos. Necesitamos averiguar de una manera fiable que es lo que sienten y de qué manera. Nada dice tanto la verdad como lo que sentimos. El neuromarketing nos da la posibilidad de ser el intermediario entre los usuarios y las empresas para que de esta manera consigamos una conexión única marca-cliente. Con la ayuda de herramientas como el facial coding o el eye tracking podremos llegar a comprender a los consumidores sabiendo qué es lo que buscan de las marcas.
Si quieres que tus consumidores te recuerden, no lo dudes, ¡pide una demo!